“El trabajo comunitario
tiene sus muchas ventajas. Yo por ejemplo inicié muy joven, recién egresada de
la universidad. Promovía reuniones de
interés para las personas sobre los más diversos temas por ejemplo de
planificación familiar y así. De paso, porque uno tampoco puede ser pendejo
y eso tampoco está mal, se hace uno de una cantidad de votantes detrás de los
que cualquier político le ayude a uno a conseguir empleo que usted sabe lo
verraco que es eso; así fue como me coloqué con el gobierno (…) ¡Acordate
querida del asunto de la confidencialidad! (Que yo te digo la verdad para
colaborarte con tu tarea y pa que aprendas a vivir porque uno a tu edad no sabe
dónde está parado, mejor dicho, simplemente cámbiame el nombre que al fin y al
cabo lo que te digo es la historia de la mayoría de los funcionarios públicos
que todo el mundo la sabe pero todos se hacen los mojigatos) Bueno, como te
venía diciendo, trabajar con el gobierno es muy bueno en unos aspectos pero en
otros…, por ejemplo mi cargo era de libre nombramiento y remoción, eso mija
quiere decir que el que gana las elecciones trae su combo y uno sale volando
como volador sin palo si el que ganó no es el que le consiguió el puesto a uno,
por eso es que uno no puede descuidar el trabajo comunitario para poder
mantener los votos y lo bueno es que cuando uno ya se ha enrolado con un grupo
político, ellos tienen acceso al presupuesto y entonces hacen canchas y cositas
para que las personas vean las ventajas de votar por ellos así que todos de
alguna manera se benefician, porque tampoco es que se van a ir a hacer canchas
donde hay dos votantes así que mantener cautivas a todas estas personas es de
verdad un trabajo no vaya usted a creer.
De todas formas, el final de la película es que por lo regular estos
cargos son comida pa hoy y hambre pa mañana por lo que uno no puede dormirse en
los laureles.”
“Tuve muchos pretendientes,
¡pero yo no fui pendeja! Eso de casarse disque por amor sabiendo que, como decía
mi abuela, cuando el hambre entra por la puerta el amor sale por la ventana…Amor
con hambre no dura mija esas son carajadas.
A quien escogería usted de entre un pendejo que el día del amor y la
amistad le regala una flor y una chocolatina y otro que le regala una pulsera
de diamantes. La bonitura mija tampoco
dura, que le parece a la vuelta de los años uno casado con un viejo calvo,
barrigón y ¡POBRE!”
EL MATRIMONIO:
“Me casé con un viejo
convencida que estaba forrado en plata, imagínese que ya tenía hijos grandes y
a todos les había regalado apartamento, carro, carrera universitaria, era un
buen partido. Con tan mala suerte que
este viejo desgraciado estaba prácticamente arruinado y pa acabar de ajustar, los
hijos me detestan y me tachan de arribista, ¡ATREVIDOS! Cuando agradecidos
deberían estar que una mujer como yo se hubiera casado con un viejo como su
papá. Pero bueno, tampoco me quejo, no
me ha ido del todo mal.”
Marta Cecilia Cardona vive
en su casa del barrio Laureles avaluada en más de 600 millones de pesos, pasea
en su camioneta Fortuner último modelo y en las vacaciones viaja a una de sus
varias cabañas ubicadas en prestigiosos lugares de las costas Colombianas.
Aunque ahora mismo, “la cosa está mala” y se la están comiendo los impuestos y
los servicios públicos, dice que la ropa sucia se lava en casa, eso a nadie le
interesa y como “al caído cáele hay aparentar que uno está bien”.
Es cierto que existen dos fierros
viejos que fueron unas porterías de futbol en otro tiempo, medio derrumbadas
sobre una polvareda que debió ser la “Cancha”.
En la memoria de los vecinos queda el recuerdo de una vieja aprovechada de la que no saben
que fue de ella ni lo quieren saber.
El presidente de la acción
comunal del barrio, dice no conocerla personalmente porque eso fue en otro
tiempo pero hasta él han llegado las referencias que coinciden con las del
resto de los vecinos.
Cuénteme, ¿volvería usted al
“Trabajo Comunitario”? “Uno no puede decir de esa agua no bebo, pero lo cierto
es que la mayoría de esas viejas son unas malagradecidas, ni me saludan, si te
he visto no me acuerdo, después que a varias les ayudé a matricular los hijos y
hasta algunos empleos les conseguí, pero bueno, tampoco me puedo quejar, ahí
vamos, ¡la vida es una lucha!”
Si pudiera volver atrás en
el tiempo ¿Cambiaría algo de lo que hizo? “Claro que sí, ¡me aseguraría de
escoger el viejo correcto!”.
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